Haciendo las paces

Tengo varios días de no escribir. Todos los días pienso en Aura, todos; pero no todos tengo las fuerzas para sentarme a escribirle a ella o simplemente escribir para sacarme sentimientos del sistema.

En algún escrito previo mencioné el tema de mi relación con Dios, o más bien en ese momento, la falta de una relación con Él. Estaba peleada con Dios. Me sentía traicionada, abandonada, olvidada y sola, muy sola. No podía creer como Dios nos había mandado una prueba tan dura y tan grande, no podía creer que hubiera permitido que nos pasara esto. Mientras estuve en el salón de operaciones recé, recé mucho. Recé en alto a la Virgen María con la esperanza de que me hicieran el milagro de salvar a mi bebé y así se convertirían todos los que estaban ese día en ese salón, porque seguramente para el mundo científico, no habría explicación y sería un milagro. Le recé tan duro y tan alto a la Virgen María y le repetía: por favor Virgencita, cuida a mi bebé, cuida a mi bebé.

Los primeros días estuve un poco confundida y creo que hasta sin entender bien qué había pasado. Llegó a visitarnos al hospital un sacerdote a quien quiero mucho y al verlo arranqué a llorar (cosa que no hice mucho durante mis días ahí). Él nos dijo que Aura era un angelito que había subido directo al cielo y eso de alguna manera me tranquilizó en ese momento. Fuimos a la misa del entierro y estuve tranquila, según yo apoyada en Dios. Además,  al final de la misa, el grupo que estaba cantando, se salió de protocolo y tocó una canción que yo le cantaba a Aura cuando estaba en la panza y yo sentí enseguida que mi hija se estaba comunicando con nosotros y diciéndonos que estaba bien, así que aunque triste, me sentía algo tranquila…. pero esto apenas estaba comenzando.

Un par de días después, me entró la rabia, el sentimiento de abandono y de traición. No quería saber de Dios, no rezaba, no quería ir a misa, le hablaba feo y le reclamaba. Me sentía total y completamente abandonada por Dios y por mi Virgen María; sin embargo con ella no estaba tan brava, si no mas bien desilusionada.

Mi esposo me pedía que rezara con él, me regañaba cuando gritaba y le reclamaba a Dios, me decía que por favor no le hablara así que iba a empeorar las cosas. Se preocupaba y le daba miedo que nunca más volviera a ir a misa.

Justo cuando murió Aura, un par de amigas mías organizaron un grupo de personas para que rezaran por nosotros 24/7 a través del Cerco de Jericó. Más de 100 personas se unieron en oración para rezar por Jose, por Paz y por mí durante más de una semana a todas horas del día y de la noche. Jose estaba súper emocionado y agradecido; yo por mi lado le decía: diles que recen más, porque yo no siento nada y eso no me está ayudando del todo… Mi dolor era tan hondo y tan crudo que yo me sentía sola. No quería creer en Dios porque no podía entender como un Dios de amor, podía permitir que nosotros sufriéramos tanto.

Después de un par de semanas, Jose me pidió que lo acompañara a misa y empecé a ir de vez en cuando con él al Santísimo y a misa. Iba más que todo para acompañarlo y complacerlo. Llegaba y no me persignaba, no cantaba, no contestaba nada de lo que decían en la misa. Estaba rebelde y quería “castigar” a Dios con mi rebeldía y malacrianza.

 Poco a poco empecé a acompañar más a Jose a misa y ya no iba tan “obligada”. Seguía con mi berrinche, pero iba más tranquila. En las misas siempre lloraba, siempre. Todavía lloro cada vez que voy.

Sin darme cuenta empecé a hablar más y más con Dios y no solo reclamándole, sino ya más bien hablando más fluidamente y sin tanta rabia de mi parte. Eso sí, seguía cuestionándolo.

Un día, hace poco, desperté con ganas de confesarme, así que llamé al Padre que nos había visitado en el hospital para pedirle que me confesara. Lloré mucho durante mi confesión y le dije qué tan brava estaba con Dios y lo abandonada que me sentía, pero el Padre fue tan comprensivo conmigo y me habló tan lindo que realmente creo que en ese momento Dios me estaba hablando a través de él.

Desde ese día hice las paces con Dios. No es que ya no le reclamo, porque soy humana y mi dolor sigue muy presente en mi vida y extraño a mi bebé como nunca imaginé posible, así que cuando amanezco atravesada, le pego mi buena reclamada, lloro, le hablo y luego trato de seguir mi día tranquila y tratando de incluirlo a El en todo lo que hago durante ese día.

Me ha tomado tiempo entender que Dios NO nos mandó esto, ni tampoco es que permitió que pasara. Estas cosas pasan. Tan horrible como suena, pero es así, estas cosas pasan. Por qué nos pasó a nosotros? Quién sabe. También podría preguntar, por qué no habría de pasarme a mí? Por qué yo no y otros sí? Esto pasa, es parte de la vida, nacemos y morimos. En estos meses he tenido contacto con tantas madres que han pasado por esto, madres que han perdido a sus hijos, y me pesa tanto que haya tanta gente igual que nosotros en el mundo sufriendo por no tener a sus hijos vivos con ellos; pero pasa y no porque Dios lo manda. Dios ES un Dios de amor, un Dios que nos quiere y nunca nos abandona. El llora con nosotros en nuestro dolor y nos acompaña. A El le duele que nosotros suframos. El mundo como nosotros lo hemos hecho y la naturaleza misma, son las razones por las que estas cosas pasan; y hoy puedo decir que Gracias a Dios es que nosotros hemos podido seguir con vida después de haber perdido a Aura. Gracias a nuestras mamas y familias, a la gente que nos ha apoyado y que ha rezado por nosotros y al Cerco de Jericó, es que hemos podido aguantar y seguimos en pie viviendo un día a la vez.

 A mis ángeles del Cerco de Jericó les debo un escrito aparte. Lo que ustedes han hecho por mi y por mi familia, nunca tendré como agradecérselos. Los ángeles no solo están en el cielo, también están en la tierra y nosotros tenemos la bendición de tener a nuestros ángeles del  Cerco de Jericó. #elclandeaura
 

9 comentarios sobre “Haciendo las paces

    1. Ana me da mucha alegria saber que te sientas un poco mejor y hayas hecho las pases con Dios. Han pasaso por algo muy dificil y estoy segura q todos los que te queremos tambien hemos cuestionado a la Virgen. Seguimos rezando por ustedes. (Me pones a llorar cada vez que leo tus escritos) ❤️❤️❤️ Tia Mari

      Le gusta a 1 persona

  1. El corazón de otros es sólo tocado cuando existe pureza y profundidad de sentimientos… Y así tocas tú el corazón de quienes te conocemos. Las cosas pasan, así como dices en este escrito… pasan…no sabemos por qué y para qué, sólo pasan.. y hay dolores que si no los vives jamás puedes entender su alcance.. pero igual sientes ese amor y conexión con las personas que quieres Amiga, Dios te ama y está contigo no importa las veces que le reclamemos, que le gritemos, que no queramos por cosas de la vida separarnos de El… El siempre está, El es. Y nos ama siempre. Te mando un fuerte abrazo y toda mi admiración como madre, esposa y mujer. Eres una guerrera de luz.

    Le gusta a 1 persona

  2. Amiga te amo y no sabes cuantas lagrimas me has sacado con todos los escritos pero este en especial pues Jesús y Marí están contigo abrazandote fuerte y Aura hoy después de este escrito esta contenta , pues justo en estos dïas son los días de los angeles y ella es una bella angelita que vela 24/7 por sus padres y hermana. Love you y no los soltaremos de nuestras oraciones. Y si esta permitido hablarle duro a Papa Dios pero asegurarnos de escuchar su bella respuesta que luego nos la manda con amor y paz. Bendiciones y abrazos a Jose y a Paz

    Le gusta a 1 persona

  3. Que hermoso Analisa! Eres admirable, y estoy segura que Aura esta feliz de ver como haces las paces con Dios….tal como le pediste a la Virgencita, ella cuida a tu bebita muy de cerca en el cielo, ..y , Jose, Paz y tu son privilegiados por tener ese angelito que los cuida a uds con dedicacion y amor profundo…..bendiciones amiga, seguimos orando 😇😇😇

    Le gusta a 1 persona

Deja un comentario